Amanecer

Amanecer

jueves, 22 de noviembre de 2012

 La responsabilidad de nuestras emociones



Cuando tengo  una emoción difícil (ira, rabia, miedo, culpa) creo que sufro porque “él me ha hecho o dicho tal cosa” o porque “me ha sucedido eso”. Tendemos a responsabilizar al mundo externo de lo que sentimos. Sin embargo, el mundo externo, actúa  sólo como un desencadenante, un estímulo que despierta el dolor escondido en nosotros.


Nuestro mundo emocional no observado por la consciencia guarda mucho sufrimiento que no ha sido procesado. Los estímulos que provienen de los demás, del mundo, tocan esas heridas y reaccionamos automáticamente, creyendo que son esas personas o circunstancias los causantes de nuestro malestar.

“Él me ha hecho …” es el pensamiento con el que nuestra mente victimista provoca en nosotros  el sentimiento doloroso: “Me han ofendido, me pones nervioso..."
El mundo no nos hace nada. Hace…Suceden cosas…Y nuestra mente cree que le suceden a ella, que se le hacen cosas: se toma todo personalmente.

Ese pronombre “me” es el que marca la pérdida del poder en nuestras relaciones.

Igualmente cuando el sentimiento es agradable: “Tú me haces feliz”. Así surge el apego a lo que creemos nos salva y la dificultad para ser libres.
Asumir la responsabilidad de nuestra vida , de cada detalle de nuestra vida, es la pieza mágica que nos devuelve a lo real y nos instala en la verdadera paz.


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